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CUENCA DEL RÍO MAIPO, Chile—Bajo un sol abrasador en este valle andino afectado por recurrentes sequías, una agrónoma chilena y un trabajador agrícola examinaban el suelo húmedo de un pozo recién excavado entre hileras de almendros.

La agrónoma detectó un exceso de humedad a 40 centímetros bajo la superficie y aconsejó ajustar el calendario de riego para mejorar la eficiencia del riego: dos sesiones semanales de 10 horas en lugar de un tramo completo de 20 horas.

“Lo ideal sería dividir el riego en dos sesiones y espaciarlas un poco”, le dijo Pía González al agricultor.

Felipe Pereira, administrador de esta finca a los pies de unos Andes nevados, accedió a implementar el cambio tras la cosecha de la cereza en unas semanas, cuando tendría más trabajadores disponibles. González registró su recomendación en una plataforma en línea que usa tecnología de Microsoft con cientos de datos sobre la parcela, el eje central de una solución que ayuda a los agricultores a decidir cómo y cuándo regar.

González trabaja en Kilimo, una empresa presente en siete países de América, incluidos Estados Unidos, México y Chile, que colabora con agricultores para optimizar el uso del agua y ayudar a sus socios a lograr sus objetivos de ahorro hídrico.

La herramienta combina imágenes satelitales con datos meteorológicos y del suelo, estimaciones de evapotranspiración de la tierra —que mide la cantidad de agua perdida a la atmósfera— y recomendaciones a pie de campo. La plataforma recomienda niveles semanales de riego, lo que permite al equipo de Kilimo monitorear las parcelas y confirmar los ahorros de agua casi en tiempo real.

“El objetivo es meterle más cabeza al huerto: agricultura de precisión”, explicó Pereira, un joven administrador de campos apasionado por los datos y la ciencia en una industria tradicionalmente informal y poco estructurada.

Kilimo asegura que la estrategia ha funcionado. Según la empresa, el proyecto de gestión de riego, que duró tres años e incluyó la finca de Pereira y otras 10 más, ha ahorrado 1,7 millones de metros cúbicos de agua en la cuenca del río Maipo, una de las más sobrecargadas del mundo y que abastece a Santiago, la capital de Chile, y al corazón agrícola del país.

Una segunda iniciativa de riego por goteo ahorró 400,000 metros cúbicos, lo que alcanzó en total más de 2.1 millones de metros cúbicos, suficiente para abastecer a 10.000 hogares en Santiago durante un año, según Kilimo.

Jairo Trad, CEO de Kilimo, lo describe como un ganar-ganar: los agricultores reducen el uso y los costos del agua, mejoran sus márgenes y obtienen incentivos anuales una vez verificados los ahorros mediante una metodología rigurosa. Las comunidades se benefician de la reducción del desperdicio de agua, mientras que Kilimo asegura financiación para futuros proyectos al demostrar resultados a sus socios corporativos. Estos, a su vez, cumplen sus propios objetivos de seguridad hídrica con datos verificados y auditables.

 

“El agua para la agricultura es esencialmente gratis … el desafío era dar valor al agua”, señaló Trad.

Publicado originalmente por: https://news.microsoft.com/source/latam/features/ia/una-agricultura-impulsada-por-datos-e-ia-transforma-la-gestion-del-agua-en-chile/

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